Centros de Profesores

En estos tiempos tan poco generosos,  poco dialogantes, al niño no hay que pedirle únicamente que exprese, como ocurre en la clase de Expresión Plástica, su mundo interior, siendo interesantísimo, sino que, además, hay que potenciar en él la escucha.

El gran problema de la sociedad en la que vivimos es que no sabemos escuchar. El abuso en el consumo de medios audiovisuales por parte de nuestros escolares, si bien informa sus mentes, va deformando su expresividad. El niño de ahora no juega con los demás, no ríe con los demás, no compite con los demás; lo hace con y contra la máquina, contra el vídeo juego, contra el ordenador. Ha dejado de ser un emisor de ideas y emociones para convertirse en un mero receptor y reproductor y, tristemente, no de los conocimientos y las ideas naturales propias de su evolución, sino de otras inculcadas subliminal e intencionadamente por personas que no persiguen precisamente educar en valores.

Por ello hemos de buscar una actividad artística que respete y potencie la expresividad de nuestros alumnos y, en igual medida, la escucha del otro.

1. Aprender técnicas teatrales para trabajar la competencia lingüística en las aulas.
2. Trabajar la expresión corporal y vocal como recurso expresivo.
3. Colaborar en la preparación de guión, vestuario, decorados, recursos técnicos (sonido, luces...)
4. Adquirir, los docentes, los conocimientos y técnicas más importantes para aprovechar el potencial del teatro. 

1. Lectura: claridad, intensidad, ritmo, entonación y acentuación.
2. Expresión: pronunciación, fluidez, coherencia, cohesión, corrección gramatical, vocabulario e interacción.
3. El guión, el espacio escénico, el atrezzo, la escenografía, las luces, el sonido... en el teatro escolar.
4. El cuerpo y la voz. Potencial expresivo.
5. Los elementos componentes del juego teatral.